CREATIVOS, súper historias productivas (P)
Se disminuyeron a la mitad los lodos o sólidos industriales de la planta de tratamiento de efluentes en Cedal. Y las limallas y virutas ya no contaminan. Por esto, el Ministerio del Ambiente (MAE) otorgó a la Corporación Ecuatoriana de Aluminio dos Puntos Verdes en marzo de 2015. Nuevos procesos dieron resultados efectivos.
En 2010 Cedal implementó en su fábrica de Latacunga la planta de tratamiento de efluentes. Esta permite limpiar el agua que se utiliza en la producción de aluminio, pero al hacerlo quedan lodos. El cambio de procesos y de productos químicos, la optimización de materiales y otras acciones ayudaron a disminuirlos a la mitad. Por esto el MAE entregó un Punto Verde.
“Logramos disminuir ostensiblemente una producción de sólidos que no son deseables”, resaltó Martín Burbano, gerente de la planta industrial. El beneficio es medioambiental y económico: al disminuir la cantidad de lodos, disminuye lo que se paga a los gestores ambientales (empresas especializadas) que tratan esos sólidos industriales.
Reutilizar limallas y virutas era difícil. Son muy finas y se queman cuando se las trata de fundir en llama directa; se hacen cenizas y contaminan. Sin embargo, una tecnología alemana permitió compactarlas en ladrillos sólidos con una densidad cercana a la del metal aluminio. Ya como bloques, estos son fundidos en los hornos de la fábrica. Así ya no se emite ningún tipo de gases ni se generan escorias durante la combustión en este proceso.
Con esto, Cedal gana en responsabilidad ambiental y en dinero. Al poder reciclar y reutilizar las virutas y limallas, logra más aluminio fundido para formar los lingotes, utilizados como materia prima para sus productos terminados. Así, la empresa evita botar esos residuos industriales o inclusive perder económicamente vendiéndolos a artesanos para no tener que incinerarlos en sus hornos.
Además, se ahorra energía eléctrica. La cantidad de electricidad que se gastaba tratando de incinerar las limallas y virutas sueltas, sin ningún resultado, es la misma que se gasta ahora al fundir los bloques compactados de residuos, con la diferencia que al fundirlos logra reutilizarlos como materia prima de calidad. Por esto el MAE entregó otro Punto Verde.
Cedal bsuca un Punto Verde más este año. Apunta a reutilizar el agua que utiliza en la producción de aluminio. Para aquello el líquido necesita cumplir ciertas características. “El agua que sale (y que actualmente es limpiada antes de evacuarla) tampoco la votaríamos, sería reciclada y reutilizada en nuestros procesos industriales”.
Desde 2010 se acercó más a la comunidad e invierte más para preservar el medioambiente. La planta de tratamiento de efluentes eliminó los contaminantes líquidos y sólidos. Cambió su maquinaria por una de última tecnología, para evitar el ruido. Empezó a utilizar suministros menos contaminantes e instaló un sistema especial para disminución de material particulado en sus chimeneas, con esto se combate la presencia de estos elementos en la emisión de gases. “Nosotros somos parte de la comunidad, nuestros obreros y empleados son la comunidad”.
Cedal instaló su fábrica hace 41 años. El lugar era deshabitado y declarado zona industrial. “Las autoridades de turno han otorgado permisos sin dejar ni siquiera parques alrededor, que sirvan como cinturón protector”. La empresa ayuda a cuidar el parque de un barrio vecino.
La planta industrial de Cedal genera 290 puestos de trabajo. Por cada puesto se generan cuatro más indirectamente, beneficiando a 1.200 familias. Con su salario, ellos consumen en negocios locales. Lo mismo la empresa, que prefiere comprar insumos a proveedores de Cotopaxi y del resto del país, antes que importarlos.
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