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Miércoles, marzo 28, 2018
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Festival Grafff18 recupera centro de cultura en Pujilí

PUJILÍ (F) | Con una nueva perspectiva sobre el arte urbano, las artes escénicas y un original proceso de sociabilización del arte, el Festival Grafff18 se clausuró este sábado, 24 de marzo de 2018, en el cantón Pujilí, provincia ecuatoriana de Cotopaxi.

Por: EFE (F)

Pujilí (Cotopaxi). El festival, que se celebraba desde el miércoles en la que es ya su novena edición, se celebró en esta pequeña localidad situada a dos horas de Quito, con la intención de generar un cambio en su propuesta artística, después de varias ediciones en Ambato, en la vecina provincia de Tungurahua.

Ana María Garzón, curadora y experta en estudios de arte, dijo a la agencia de noticias Efe que “desplazarse puede ayudar a refrescar un poco el trabajo, los temas y las reflexiones”.

La propuesta de salir de la ciudad y “regresar a los espacios más alejados de los centros urbanos, como espacios que permiten que las comunidades de arte se encuentren desde otras perspectivas” es una de las premisas del festival, consideró.

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El Festival Grafff, cargado de un fuerte idealismo y responsabilidad social, tenía como propuesta para esta edición adecentar y recuperar el llamado “Centro Integrado de Cultura”, ubicado en el barrio Chimbacalle, más popularmente conocido como Ex Camal.

El objetivo, convertirlo en un espacio de encuentro y diálogo, un laboratorio de creación interdisciplinar al servicio de la comunidad.

Las presentaciones, en disciplinas como neomuralismo, arte sonoro, fotografía o música, se han desarrollado en distintas localizaciones de la localidad, entre ellas la residencia Pujinostro y el rehabilitado ex Camal, así como en las calles.

Detrás de ese traslado a Pujilí estuvo la búsqueda por parte de sus organizadores, el Colectivo Dogma, de un ambiente más amigable e íntimo y vinculado estrechamente con la comunidad.

“Nuestro dogma es el arte, así que hemos dedicado nuestra vida a crear estos espacios dispensadores de felicidad en varias ediciones”, asegura Tania Navarrete, productora del festival por parte de este colectivo.

Aseguró que “el arte es social o no es arte”, lo que explica la fuerte gestión de mediación cultural que el Colectivo Dogma ha realizado con la pequeña comunidad de Cotopaxi.

De alguna forma, la idea de Navarrete se materializa en la transformación de este espacio que por varios años se mantuvo abandonado, con el fin de que sirva como núcleo de actividades artísticas y culturales después de la presente edición del Grafff.

“Motivar a que la gente despierte, piense, sienta y que actúe con un criterio más solidario y dispuestos a compartir”, es lo que el colombiano Oscar González, más conocido por su nombre artístico Guache, plantea como principal aporte a la convocatoria callejera, en la que han participado sobre todo artistas ecuatorianos.

Esta propuesta inédita en Pujilí, la dinamiza y sirve de fuente de inspiración tanto a quienes participan de sus actividades artísticas, como quienes las contemplan.

Garzón conjeturó que “tal vez la gente no necesita tanto el festival como el festival necesita a la gente”, pero, aun así, sostiene, “creas nuevos diálogos y tienes otros públicos también”.

En ese sentido, apuntó la deuda que muchos creadores siente con su público: “Muchos artistas piensan que deben hacer una devolución a las comunidades”, apuntó.

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