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Domingo, octubre 15, 2017
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De corrupción ficticia a real

ECUADOR (O) | Desde que inició la “década ganada”, hablar sobre corrupción en cualquier nivel gubernamental del país se volvió un tabú, pues absolutamente nadie podía siquiera osar dudar de la transparencia de los compañeros “revolucionarios”, después de todo, ellos se encargaron de fortalecer su imagen de pulcritud, en consecuencia no es extraño que hayan repetido hasta la saciedad que su régimen fue el “gobierno de las mentes lucidas, los corazones ardientes y las manos limpias”.

Por: Byron Quelal, columnista invitado  (O)

Pues bien, tan confiados estaban los revolucionarios de sus manos limpias que nunca dieron crédito a las denuncias que desde el principio del régimen pululaban por la República, así casos como: 1. Las ambulancias compradas al inicio del régimen correista, que por cierto no eran adecuadas para su uso; 2. La compra de sistemas de rastreo satelital (GPS) para los buses interprovinciales, los cuales nunca fueron instalados y los chalecos para motociclistas que no duraron, por parte de la ANT; 3. Los nuevos uniformes policiales que subsistieron solo 15 días; o, 4. La compra de helicópteros HAL DHRUV denunciados por su mala calidad, reflejan una cuestión, falta de seriedad y cuidado para con la utilización de los recursos públicos; y, aún más, una inadmisible falta de investigación a las denuncias presentadas por estas presuntas malas inversiones.

Tal fue el descuido institucional en cuanto a la rendición de cuentas de los funcionarios para con el mandante (pueblo), que tuvo que conformarse una Comisión Ciudadana contra la Corrupción formada por personalidades notables del país, misma que sin la intervención estatal y que con la legitimidad que les confiere la ciudadanía de un país libre y democrático, se hizo cargo de la fiscalización de actos y contratos públicos. Lo referido es irritante, no por la conformación de la comisión, sino porque los órganos del Estado llamados o encargados de combatir la corrupción como lo son: La Contraloría, Fiscalía, Asamblea Nacional, Función de Transparencia y Control Social y hasta el mismo gobierno hicieron “mutis por el foro”, es decir; solaparon el cinismo de un país entregado a la ignominia del soborno.

Empero el tema no queda ahí, muchos otros casos se han descubierto desde que a la compañía brasileña ODEBRECHT se le acabo la suerte, es así que en toda Latinoamérica muchas han sido las autoridades que se han visto salpicadas con acusaciones por los “favores” realizados a dicha compañía, sin embargo en el Ecuador el misterio aún persiste, al parecer no despierta sospecha alguna que el tío del vicepresidente haya recibido “regalos” por supuestas ayudas a privados dentro de la administración pública sin ser este funcionario del Estado.

Pero el tema todavía da para más, es por eso que le invito estimado lector a leer la segunda parte de esta historia, donde la corrupción ya dejó de ser ficticia y pasó a ser real.

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